Esto es de MARÍA EUGENIA HERNÁDEZ
LEYENDA MEXICANA SOBRE EL
ORIGEN DE LA CELEBRACION DE LAS POSADAS Y ROMPER LA PIÑATA.
En todo
México, aún en las más humildes rancherías o poblados pequeños, existe la
tradición de romper una piñata durante la fiesta de celebración del
cumpleaños de algún niño; pero reviste particular importancia gustosa, pegarle
a la piñata hasta quebrarla, en las fiestas que se celebran llamadas posadas.
El origen de
estas divertidas tradiciones, tiene bases religiosas. Al arribar los
conquistadores españoles, encontraron que nuestros antepasados indígenas eran
idolatras, pues adoraban Dioses en figuras de piedra, o barro, que
identificaban con elementos naturales como el sol, la luna, la lluvia, la
tierra, aunque también a otros Dioses crueles como el de la Guerra.
Para obtener
favores y simpatía de esos Dioses, realizaban ofrendas que incluían flores,
comida, quema de inciensos, y también sacrificios humanos. Lo que provocó el
horror y el temor de los conquistadores; al hacerse acompañar en el viaje de
frailes pertenecientes a órdenes religiosas, estos de inmediato se avocaron a
propagar la fe católica que era la que ellos profesaban.
En la tarea
de tratar de difundir las nuevas formas religiosas para adorar a Dios,
encontraron por parte de los indígenas fuerte resistencia, lo que no es de
extrañar, pues lo primero que hicieron los conquistadores, además de someterlos
brutalmente, fue derribarles las antiguas pirámides que utilizaban como templos
y construir encima de ellas las iglesias católicas con campanarios, el símbolo
de la cruz, colocar santos de la cristiandad, etc. Aunado a castigar con
violencia, a los indígenas a quienes sorprendían realizando antiguas prácticas
religiosas.
Pese a
castigos y prédicas de todo tipo, los indígenas se mostraban reacios a aceptar
la nueva fe. Con paciencia, y el prolongado contacto en la impartición de
enseñanzas para realizar la manufactura de artesanías, trabajar el cuero
y otros materiales, los religiosos fueron conociendo las costumbres que tenían
los naturales como llamaban a nuestros antepasados; y así lograron irse
enterando y descubriendo antiguas leyendas que ellos ya tenían como practicas
previas a su llegada y que les resultaban gratos; Así descubrieron la leyenda de
Quetzalcóatl
(el viejo sol) quién durante el solsticio de
invierno nos visitaba y previo a esas fechas se preparaban ofrendas y festejos
en su honor que culminaban el 26 de Diciembre; por otro lado los Mayas tenían
un juego que consistía en llenar una cazuela de barro con chocolate y con los
ojos vendados trataban de romperla.
Esto le
sugirió que tal vez estas prácticas podrían adaptarse dentro de su catequesis,
y al recurrir a medios conocidos, facilitaría su aceptación entre los naturales
para convencerlos de adoptar la fe católica.
Así se
origina en nuestro país las festividades de las posadas, que no es otra cosa
que recrear durante los días comprendidos entre el 16 y el 23 de Diciembre,
el trayecto de José y María de Nazaret a Belén.
Como todos sabemos
encontraron dificultades en el alojamiento, de tal suerte que tuvieron que
resguardarse en un pesebre en donde se presentó el nacimiento de Jesús.
Esto en la
práctica se inició con una fiesta que se celebra en un determinado
espacio habitado, con la participación de algunas personas asistentes a la
reunión. Se colocan algunas en el exterior de una vivienda con la puerta
cerrada, mientras cargan unas pequeñas estatuas de barro que representan a San
José y la Virgen, entonan cánticos pidiendo posada para pasar la noche y
aliviar el cansancio de la virgen; en tanto otras personas desde el interior
cantan negándoles el acceso, alegando sentir temor por asaltos, etc.
Todo culmina
cuando un posadero (vecino) piadoso decide dejarlos utilizar el pesebre pieza
única desocupada y esto marca el inicio de una fiesta en la que además de comer
y beber se baila y se trata de festejar por anticipado el nacimiento del niño
Jesús.
Dentro de
este tiempo y espacio de recreación se rompe una piñata, que regularmente contiene
dulces llamados colaciones, mandarinas, cacahuates, y pedazos de cañas de
azúcar.
Las piñatas
nacen originalmente en china en donde se utilizaban para propiciar buenas
cosechas; la construían adoptando la figura de un buey de papel, el cual
quemaban lleno de semillas de diferentes granos y las personas al final
trataban de recoger las cenizas para regarlas en sus tierras y propiciar buenas
siembras.
Llegan a
Europa a través de Italia, en donde las utilizan ya con un sentido religioso al
formar parte de la celebración de las fiestas de cuaresma, posteriormente
los religiosos españoles observando las prácticas de los Mayas con su cazuela
de barro llena de chocolate, enriquecen su presentación al forrar la cazuela
con vistosos papeles de colores que simbolizan lo atractivo que pueden
presentarse los pecados y adoptan como diseño una particular estrella que tiene
unidos 7 picos, los que representan la: soberbia, avaricia, lujuria, ira,
gula, envidia y pereza, o sea los 7 pecados capitales.
Se elige a un
invitado o varios, para tratar de quebrar la piñata, debiendo estar vendado de
los ojos y mediante un palo tratar de golpear la piñata hasta lograr romperla;
esto simboliza la fe ciega y la virtud que deberemos tener, para creer sin
tener que ver.
Cuando
finalmente logra romperse una lluvia de frutas y dulces (premios), bañan al
exitoso combatiente (contra los pecados) así como a los asistentes quienes
gustosos se abalanzan sobre estos.
Teniendo además este acto
final, un doble significado, pues al igual que la piñata, por más que hayamos
sido víctimas de los 7 pecados capitales y estos se encuentren integrados a
nosotros, una vez destruidos y alejados podremos liberar bellos y dulces regalos
ocultos en nuestro interior, para hacernos felices a nosotros y a los demás.
María Eugenia Hernández
MARIA EUGENIA HERNANDEZ SALAIS- 1949- RADICA EN MAZATLAN, SINALOA,
MEXICO-
.Abogada con maestrías
en derecho penal, administración y una especialidad en literatura mexicana del
siglo XX
Asistente a congresos de lectura y poesía en:
Puebla, Oaxaca,
Hermosillo, México, la Habana Cuba,
encuentros de poetas en San Juan, Buenos Aires y Santa María de Punilla, y
Brinkmann en Argentina.
Publicaciones:
En 2009 libro de poemas
titulado “brumas y lejanías” editorial
de los cuatro vientos de Buenos Aires, Argentina.
En 2010 libro de poemas
titulado “fuegos fatuos” editorial de los cuatro vientos de Buenos Aires, Argentina.
En 2011 libro de relatos
titulado “sirenas amarillas” editorial de los cuatro vientos de Buenos aires, Argentina
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