Estamos
en las últimas semanas de Diciembre de 2016 donde recueros y emociones nos
reúnen de formas dispersas.
Por eso
hoy desperté con deseos de buscar una
aurora para prenderme al mañana.
Al ayer
de sueños niños. Calor incondicional de
mis progenitores, bullicio de mis seis hermanos.
Al
mesón de la cocina grande, patio de tierra donde dibujaba casitas sueños
empolvando mis rodillas.
Llamaré a la aurora del belén con pasto para los
camellos y luciérnagas volando al anochecer en los patios.
Hoy
como ayer y para el hacer de mañana necesito
manos.
Debemos
mirar al que pasa a nuestro lado. A los ojos grandes y picarescos a los ojos
cansados.
No debe
haber hambre caminando las calles.
Necesito
magia, la luz milagrosa que baja de lo alto para calmar tanto desenfreno, de
aquel que quita la inocencia e
interrumpe la vida.
Quiero
intentar renacer la esperanza, la fe, la creencia del que suma la luz de los amaneceres, el canto de los
pájaros y las estrellas fugaces y adhiere a la palabra la esencia del hacer.
Son
estos mis deseos, mis sueños de navidad y para este próximo 2017.
Los
quiero compartir con ustedes, sola no podría realizarlos.
Necesito
SUMAR
Buscar e instalar la alegría.
Regalar una sonrisa.
Sentir el latir de los
seres que comparten, nuestras vidas.
María
Esther Robledo Benavidez
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