Sergio Soler Punta Alta Buenos Aires Argentina
Sergio Soler, escritor, docente, periodista. Es licenciado en Lengua Inglesa y profesor de inglés. Coordina talleres literarios en la Fundación Ezequiel Martínez Estrada de la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca y en el Complejo Cultural Estación Solier del Municipio de Coronel Rosales. Redactor del diario La Nueva Provincia. Redactor y corrector de la revista Gaceta Marinera de la Armada Argentina. Colaborador en diversos medios gráficos y radiales del interior del país. Sus obras se encuentran editadas en libros, blogs y antologías nacionales e internacionales.
Sucedáneas (desde la negritud)
I
La negritud es cosa seria. De la negrura se puede salir,
con determinación.
Sin el sustento de un amor
nadie escapa
de la negritud.
Veo un agujerito luminoso en la mía.
Sergio Soler, escritor, docente, periodista. Es licenciado en Lengua Inglesa y profesor de inglés. Coordina talleres literarios en la Fundación Ezequiel Martínez Estrada de la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca y en el Complejo Cultural Estación Solier del Municipio de Coronel Rosales. Redactor del diario La Nueva Provincia. Redactor y corrector de la revista Gaceta Marinera de la Armada Argentina. Colaborador en diversos medios gráficos y radiales del interior del país. Sus obras se encuentran editadas en libros, blogs y antologías nacionales e internacionales.
Sucedáneas (desde la negritud)
I
La negritud es cosa seria. De la negrura se puede salir,
con determinación.
Sin el sustento de un amor
nadie escapa
de la negritud.
Veo un agujerito luminoso en la mía.
III
Hoy puede ser un mal día.
Al fín y al cabo, Serrat no va a estar conmigo para refutarme.
Hay una posibilidad, empero, de que sea un gran día.
Una caricia, una mirada, un gesto tuyos pueden refutarme.
Serrat no lo va a saber nunca.
IV
A la puerta de la muerte
veo fallecer y desfallecer
de este lado del vano.
Me atas. No me desates. Dame tiempo a la llegada.
Quiero morir en tus brazos, aquí.
Al arrullo de tus ojos y tus caricias
y sólo entonces cruzaré la puerta.
No importa la redención,
sino la llegada.
V
Hay un moroso avance
de la tarde
que insiste en invadirme de añoranza.
Sucumben las persianas y mis poros.
Me derroto a la insoslayable certeza
de saber que me espera -agazapada- la noche.
Y un poco más lejos -ojalá-
la verdadera noche.
SERGIO SOLER
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