jueves, 22 de julio de 2010
GRACIELA URCULLU San Juan Argentina
Nosotros y Ellos
No lo saben, se extinguen y no lo saben. Se lo impide su belleza, fuerza y poderío. La sensualidad ondulante. El ágil salto y la fiereza. Su desmemoria.
Tigre de Bengala, no queremos enterarnos de tu crepúsculo agorero, de tu soledad ni de la nuestra.
Estás programado para las espesuras selváticas. La cultura de los vientos, de las lluvias torrenciales y de los ruidos, sigilosos, alborotados. Del concierto de alaridos.
La ceremonia incluye caminatas, correteos, roces sordos. Vuelos. Ramas, que estremecidas, se balancean y rompen. Trinos al amanecer, en cotidiana liturgia.
Nadie hace nada por vos tigre, ni por tus primos de Sumatra o Borneo. Tampoco quieren que te enterés de la sentencia a perpetuidad. Por los siglos y más siglos. Para vos y para los otros. Como aquél que encontramos. ¿Que hacías allí pequeñito y tan solo? Aún no podías con tu rugido, pero ahí estabas. Vinimos para tenerte en brazos, y mojarte un poquito. También calmar tu angustia, sosteniéndote del cuello. ¿Te acordás? Luego la caricia a contrapelo, antes de proponerte la mamadera. Disfrutaste como nosotros. Te llevamos a casa y como exorcismo contamos tus rayas verticales. Una a una. Los anillos de tu cola. Mientras empezabas a conocernos y a jugar. El mundo cree que puede vivir sin vos. Nosotros no.
Tigre de Bengala la soledad es música sacra en tu catedral, la Jungla.
Allí quedarás, cuando puedas, con tu rugido sin límites.
Que nos salve tu alegría inconsciente. Que nos salve a todos
Tzinacán
Todavía soy Tzinacán, aunque pude, finalmente pude, descifrar la escritura del Innombrable. Aquel que Es. En las manchas del animal prisionero junto a mí.
Difícil decisión; quedarme con las limitaciones de mi nombre y mi estirpe que me aprisionan tanto como la cárcel pozo en que me puso Alvarado, o desaparecer en posesión de su escritura. Así podría entrar
en comunión con El Todo. O ser, solamente, Tzinacán.
Aprovecharé la hora cenital en que mi particular carcelero, acceda a abrir la tapa de esta prisión, para comunicar la misteriosa fórmula que me confundirá con el todo Todopoderoso.
El corazón agitado aguarda el momento de la luz y de la roldada que me alimenta, y al jaguar que se pasea frente a mí en esta misma oquedad. Entonces valiente y decidido lanzo la primera palabra. De pronto las rejas que nos separan se funden con las macizas paredes. El jaguar-uturuncu-yaguareté-tigre, enfurecido por mi arrogancia, me abraza entre sus garras. No recuerdo como sigue ésta historia, la del felino, la mía. Tal vez una sola criatura, una sola historia.
Sobre el cuento de J.L.BORGES: “La Escritura del Dios” y en homenaje al autor
AMERINDIA
El signo de la cruz que, en afán civilizador, fue traído a América, era preanunciado aquí, en el “nuevo mundo”. Los mayas usaban la cruz, casi idéntica, pero en la parte de arriba y a ambos lados los remates eran tallados como una hoja de trébol. Simbolizaban los cuatro puntos y el centro del compás. En lugar de señalar y significar sed respetuosos ante la presencia divina, en cualquier lugar despoblado donde se encontrara significaba sed respetuosos con tu sed. Alegría pues cerca existe agua fresca.
Los tucanes, aves exclusivamente sudamericanas, para beber luego de sumergir el pico en el agua, lo levantan muy alto y, luego lo inclinan a la derecha y a la izquierda, acto que se parece al de la señal de la cruz, y en Misiones suponían que ellos bendecían el agua que tomaban.
Por inescrutable coincidencia.
Cura de la Demencia
La gata blanca intentó entrar por la ventana, con la palomita entre sus dientes. La golpeo suavemente, el ave escapa volando por el jardín.
Un hombre maduro y calvo sentado en una silla está siendo operado del cerebro. Quien trepana el cráneo tiene un embudo en su propia cabeza, que oficia de sombrero del presunto médico. Viste una sotana marrón. Están al aire libre y en el suelo se mueven dos gatitos fundidos por las cabezas. Pasa la paloma en libertad.
Hombres y mujeres con largos hábitos y capuchas parecen querer ayudar, y no sólo desde la religión. Uno sostiene un recipiente de metal, una especie de aceitera, pero tal vez contenga agua o alguna tizana desinfectante. Yo estoy entre los curiosos con una túnica blanca.
El jardín se ha ampliado considerablemente hasta un horizonte de colinas; la palomita que zafó de ser devorada, vuela por los alrededores.
Una mujer con un velo parece que piensa y sostiene un libro en la mollera.
Todos miran preocupados cuando le meten el embudo en el hueco que dejó el pedazo de cráneo retirado al paciente.
Él cree que le insuflarán remedios, le pegarán el hueso que le falta y podrá pensar.
Yo me alejo.
Del cuadro “Cura de la Demencia” (1475-1485) de Jheronimus Bosch. En homenaje al autor.
EL DRAGONPERRO
No hacen falta las pesadillas para temer al dragón.
De ojos flamígeros y cresta dorsal eréctil. Sus enormes fauces que, se sabe, despiden llamaradas. Como un enorme látigo, su cola es pesada y móvil.
Un día soñé con él. En mi visión se acercaba en silencio, la cresta caída, lentamente.
Jadeando mostraba abierta la enormidad de su profunda garganta. Era fuego de color del amanecer, más que rojo. Me hizo entender que tenía sed. Ni el río de La Plata, ni el Paraná juntos, podían saciarlo. Parecía tan cansado.
Manso, dócil, resignado, se echó a mis pies.
Breve Currículo
Apellido y Nombres: URCULLU, Graciela FranciscaNacida en San Juan capital de la provincia del mismo nombre. República Argentina.
Profesión: Psicóloga Clínica y Forense
Publicaciones
Trabajos de la especialidad:
“Observaciones sobre el Control de Ansiedades en una Institución Comercial”.Rev. Ciencias Administrativas del Instituto de Investigaciones de la Univ. Nac. de La Plata ,año XII. N° 30, “Discerniendo sobre el Discernimiento” en la Rev. de la Asociación de Psicólogos Rep. Argentina y “La Delincuencia Juvenil” Rev. Alambique del Colegio de Psicólogos de San Juan. Vol..N°:l Marzo del 2000. -
Trabajos Literarios Publicados
Algunas Publicaciones en Diarios y Revistas entre otras “El Miedo a la Muerte”, diario de Cuyo y “Así Calienta el Sol Cubano”.Diario Clarín de Buenos Aires, 20 de Enero del 2002. “Los Perros del Cementerio” y “Viaje a Misiones”. Octubre del 2002.Revista española Digital “Sin Voz”.Año 2003.
“Los Perros del Cementerio” en Poesías y Cuentos del Mundo CEN Ediciones, 2003.
“No Codiciar los Bienes Ajenos” en Terreno Literario. Antología. De los Cuatro Vientos, Editorial, vol. IV, 2005.
Cuentos publicados en II y III Encuentro Comunitario de Escritores. Gobierno de la Provincia de San Juan-Argentina 2006-2007
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