ALMA KARLA SANDOVAL ARIZABALO México

Poemas


En el presente

Concédanme un mapa para entender la noche,
una hoguera con la hospitalidad del río
donde aprendí el milagro.
Obséquienme la gracia de recuperar los ojos,
de caminar ala vera de otro sueño.
denme vendas para gritos,
no pueden vivir en su prisión de ámbar.

Quiero entender la noche,
darle sangre a sus jardines,
recoger pedazos de luz,
dejar limpias las esquinas.
Prometo emigrar por las buenas esta vez
si me ayudan a seguir
con las heridas de lo oscuro.


Decirte

Que viajar es saberse en la caricia del río,
en el ácido clamor de varios soles,
en la consonante traviesa del viento,
final verdusco de una flama.

Decirte que la lluvia se atraganta con las hojas
y estas nubes penetran eucaliptos;
que todo es una canción con vaho,
un animal de viajes que titirita.

Aclararte, joven de humo,
señor de parques rumorosos,
joven que adoras las canciones
de ámbar azul en nuestra mente,
a ti, decirte,
ya con mucho agua
y mucha lumbre,
que me perdones tener geranios en las piernas
y libélulas de sueño en las axilas.

Aléjame, también, del cobre de los meses,
de tu olvido con árboles de copas púrpuras,
de la corriente con pecios del enojo,
de tu aventura sin pan para decirte
que otro aliento es una red para pescarme,
que tu fuego era cruz en las tormentas
y tantas palabras en mi corazón, un nido.

Decirte, en fin,
mientras el viaje ahora peligra,
que le cortará el cuello a este futuro
una hebra iluminada
en tu sarcasmo.


Anagnórisis

La dejó perderse
en un estacionamiento de avestruces.
No le cerró los ojos
a la tullida línea del paisaje.
La olvidó en la silla de un cine mudo.
Se extravió definitivamente en abril,
cuando el otro fue dios en el espejo.

No quiso inventarse un nombre
de muñeca degollada,
una ciudad sin boca con leche materna
o más dibujos que el viento olvida.
Sólo se buscaba en él,
en los cuchillos del futuro,
esas chispas de afilador irresistible
que la obligaron a brillar para siempre
como las huellas de un culpable en el periódico.
Más sola que nunca describió el bacanal
sólo para seguir brillando con celulitis
pies negros de tanto mentir.

También bailó en la noche amarilla,
al interior de un panal.
Toda esa luz para ser ella:
lady avestruz que no da consigo.






ALMA KARLA SANDOVAL ARIZABALO
Es egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y de la Escuela Nacional de Escritores de la Sogem, en México. Experta en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera por la Universidad Complutense de Madrid, ha sido becaria del Instituto para la Cultura y las Artes de Morelos y del FONCA. Miembro de los talleres literarios de Dolores Castro, Verónica Volkow y Saúl Ibargoyen. En la actualidad es becaria del gobierno de su país en convenio con el ICETEX dentro del programa Maestría en Literatura de la Universidad Javeriana, en Bogotá, Colombia. Representante de México en varios festivales de poesía en América Latina, ha publicado, además, los poemarios: Muelle insomne (1997), Corredor de las antorchas (2000), Todo es edad (2003) y Estacionamiento de avestruces (2006).