Lucia Quiroga Saluda al Gobernador Ing. Jose Luis Gioja quien recibe a los escritores en la en la Casa de Gobierno
QUIROGA, Lucía Dolores 18 de julio de 1933 – Buenos Aires Argentina
I
llueve
el río espeja silencios
aún llueve
cálida y tímida
las gotas seducen cristales
beben luz
levedad de raíz
día y noche
contrapiel de imagen
donde gritar los nombres
del silencio
y abrazar la sombra
que desdibuja nostalgias
II
otra vez / nuevamente
la casa
la casa
simiente nueva de espejos
tensa descarnada herida
cerrojos dolidos
demoran el vértigo prohibido
de la llaga
me ignora
hay sollozos
todo quiere huir
sobre un adiós
- los pasos encadenan-
- tiñen amaneceres de sombras
- infinitud en la posesión
- que se desgaja
arabescos sepia / jirones
esquirlas de sal
tatuándose en mis vísceras
III
acaso pegados a la piel
esqueletos de ceniza
buscábamos los ojos de la memoria
- cegando ilusiones-
- sin desandar los días?
diálogos sin nombre
desde rincones mutilados
por sombras
una raída soledad impuso lejanía
pájaros heridos del ayer
preñaron de relámpagos
las nostalgias
algo quedó
una silueta dibujada en la lágrima
una espera
un cerco de silos a lo lejos
y entre nosotros
siluetas
de aire y tiempo
en la desmesura
del horizonte
-
-
IV
dónde tengo marcadas
las distancias?
dónde sosiega la memoria
la ebriedad de los espejos
y cicatriza astillas de sal?
desde mi piel
busco el soplo de tus manos
el pulso ansioso
para tejer sobre la arena
y desnudar tu sombra/
escuchar latidos
en la marea tibia de la sangre
en las campanas sumergidas
y el mendrugo de sol
que me atraviesa /
sólo un mediodía
un tiempo de instantes
donde estar
burlándome
laberintos vacíos
V
“los ojos pierden para siempre, la penumbra”
Ángela Gentile
paja de tierra virgen
en los altos silbidos de la noche
mientras el aguacero
tumba los silencios
y los sauces lloran su algarabía
de lluvia
cabelleras sonoras verdes, verdes
como los tiempos que corren
la sangre y el fuego
maderas leños y un evocar /
entonces
cuando de polvo se cubrían
los pies desnudos
y éramos nosotros
cabezas de sueños que crecían
vimos pasar las horas
y nos vimos pasar
al borde del milagro
sobre calles de hoy , vacías
LUCÍA QUIROGA
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