sábado, 24 de julio de 2010
Valeria Zurano Buenos Aires Argentina
Valeria Zurano
“Un niño y un cuchillo, enamorados carne y hierro, buscan en el alma la selva que los salve.
Aromas y llantos boca de hielo sobre cicatriz de pureza.
Irá a devorar temblores irá la tierra alzando mares.
Sueño del niño que muere en su Casa de Silencio en el cielo del espanto,
hierba de tristeza amor de nadie.”
Miguel Ángel Bustos
(1932-Desaparecido en 1976)
A mi madre
Cuando digan el nombre de ese pueblo dirán el nombre del mundo cuando piensen en los que ya no están invocarán a los vivos cuando entiendan la sombra de esos largos años sabrán que el dolor ha trasmutado allí construí el pequeño universo de los que siempre vuelven.
…
EL SILENCIO NECESARIO
Acordate pequeña muñeca cuando nos abrazábamos buscando reparo en ese rincón de sábanas gastadas que colgaban de la silla y te decía que ésa era nuestra casa nuestro pequeño e insignificante mundo el lugar donde podíamos construir nuestro propio infierno.
Debajo de la sombra del ciruelo mi madre lavaba la ropa las manos batían el jabón y encrespaban su imagen en el espejo del balde el rostro de la tarde en las manos de una mujer que se deshizo como la espuma de jabón.
Repetía una y otra vez en mi mente las palabras que debía callarme nadie dijo que lo hiciera pero yo presentía que era un silencio necesario una forma de adorar la vida en silencio.
Esta infancia era el gran síntoma del genocidio tenía miedo mucho miedo de que le hicieran daño a mis muñecas que vinieran por ellas que me separaran de ellas que les arrancaran sus hermosos sueños de muñecas de trapo.
…
La técnica de una sola aguja
Me preguntan por la bolsa tejida que llevo en mi hombro
esa bolsa no es mía, sino que pertenece a mis antepasados
míos son los fideos, los tomates, el pan
el monedero donde guardo diez pesos.
Esa bolsa tiene muchos años
las tías de mi abuela tejieron día y noche cuando bajaron del barco
la técnica de una sola aguja y el punto de la nostalgia.
Con la bolsa al hombro cruzo la plaza y la tarde
esa bolsa ahora es mía
mía, la nostalgia de los fideos, los tomates y el pan.
La bohemia del Polidor
Es verdad, he vuelto para decirte que hay algo misterioso en el mar. El tiempo. Son misterios que vuelven. Las vidas nuestras. Misterios que se extinguen. Las estrellas en el cielo qué saben. Un barco en el horizonte. No puedo explicar lo que nos ha sucedido. Un grito azul en el océano. ¿Quién sos ahora? ¿Dónde estás, Julio? ¿Adónde fue el mar del tiempo cuando vos eras yo? Pero, y por ese entonces, ¿yo todavía no existía?
http://buscandoeltiempoperdido.blogspot.com/
Valeria, me trajiste tantas historias que la casa vieja se lleno de luz.
Era un amarillo intenso con olor a durazno
María Esther Robledo
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2 comentarios:
Un fuerte abrazo, María Esther. Todo sucede en el mismo instante... pero después es sólo el perfume del durazno.
Un furte abrazo, querida Valeria.
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