El arte como herramienta de transformación social y desarrollo
Marcela garcia Ferré
Incentivar la expresión artística desde la niñez favorece
el desarrollo de la personalidad
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Expresión artística y formación de la personalidad
Al hablar de expresión artística nos referimos a la manifestación de sentimientos, de ideas, emitida por medio de distintas técnicas, y dirigida hacia la sociedad o hacia el entorno más cercano.
Si bien nos expresamos desde que nacemos, por medio del llanto y de los gestos, luego, por medio del habla, nuestra compilación o almacenamiento de la realidad, la realizamos a través de la educación que nos otorga nuestra familia y la escuela. Sumando nuestra capacidad autodidacta de aprehender sobre temas básicos y esenciales de la vida, la asimilación de la realidad es un proceso constante, favorecido por una buena educación.
Junto a nuestro proceso de crecimiento, tanto motriz como intelectual, vamos desarrollando la personalidad que nos definirá en nuestra vida adulta.
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La educación unida a las artes
La formación de la personalidad en los niños dependerá del ámbito cultural, económico y sobre todo social. Ya que vivimos en un mundo en donde la base es la sociedad, con lo que ello implica: la vida cotidiana se construye a partir de nuestras vivencias, de nuestras relaciones con el otro y de los hechos y circunstancias que nos rodean.
Si leemos Piaget y Vygotsky, descubrimos que coinciden en un lenguaje de concepción constructivista. Pero Vygotsky se diferencia de Piaget en la relevancia que le otorga al medio ambiente y a la cultura. En efecto, considera que son los mediadores sociales quienes contribuyen a transformar la realidad y la educación.
Jean Piaget, a través de sus contribuciones en la psicología evolutiva, nos muestra como evolucionamos en las etapas de la vida y la importancia de saber enseñar: “ La buena pedagogía debe enfrentar al niño a situaciones en las que experimente en el más amplio sentido dela palabra: probar cosas para ver qué pasa, manejar objetos, manejar símbolos, plantear interrogantes, buscar sus propias respuestas, reconciliando lo que encuentra en una ocasión con lo que encuentra en otra comparando sus logros con los de otros niños”¹.
Para realizar un desarrollo completo del niño, no sólo se necesita que estudie y siga estudiando, sino que es indispensable la interacción con sus compañeros, con sus amigos y con los mayores.
La interacción se producirá cuando pueda expresarse con libertad. Logrará una mayor fluidez con su ámbito, si desde pequeño se le enseña a unir su capacidad intelectual con la capacidad de expresarse, y aquí es donde las artes afectan positivamente.
La música, la pintura, la escultura, la fotografía, la literatura, alguna de ellas o varias, aplicadas primero en juegos, luego en estudios, estimularán la imaginación y la voluntad que, como procesos internos, se realizarán en acciones externas. Las artes entrarán en el ritmo de cada cuerpo, incentivarán la creación, la emotividad, los sentimientos, y se emitirán como el pulso de la expresión artística.
“El momento y el significado en el curso del desarrollo intelectual que da a la luz las formas más puramente humanas de la inteligencia, práctica y abstracta, es cuando el lenguaje y la actividad práctica, dos líneas de desarrollo antes completamente independientes, convergen”².
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Incentivar la expresión artística desde la niñez favorece el desarrollo de la personalidad
“Si se desea formar individuos aptos para la invención y capaces de impulsar el progreso de la sociedad de mañana, de acuerdo con la necesidad que día a día se hace sentir con más fuerza, está claro que una educación del descubrimiento activo de lo verdadero, es superior a una educación que solo consista en amaestrar a los individuos para que desee de acuerdo con una voluntad consumada y para que sepan de acuerdo con verdades simplemente aceptadas”³.
La relación de las artes a través de los sentidos, en la niñez, ayuda a relacionarnos con el mundo. En la adolescencia, nos favorece para transmitir nuestro punto de vista, con mayor libertad e independencia. Y durante nuestro desarrollo nos ayuda para poder asumir las responsabilidades en el mundo adulto, sin perder nuestra personalidad.
Marcela García Ferré
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