DAMIAN C. LOPEZ
(POEMA 1)
hoy madrugada corriente de improductividad en flor
los versos se me pegan se me pasan de punto y de largo
se apelmazan en el fondo de esta
olla agazapada en el violoncelo germinal de la vigilia
un taxi desocupado una radio un bebé
que no se duerme o una rata entre los libros bastarían
otras veces para pasar el rato pero hoy
anda corta de manzanas la serpiente de mi pantalla
y el árbol de todos los dones no es más que un poste de luz
en la vereda como un guapo en falsa escuadra
un señor ministro firma con una media sonrisa
la garantía solemne de un velorio a todo trapo para sus nietos
y el diablo se muere de envidia
(capitales extranjeros le robaron la delantera)
un sereno toma mates y la radio le dice baila baila
toda la noche goza goza esta es mi cumbia porque en un
ratito nada más puede estar pasando por tu puerta
no el cadáver de tu enemigo sino otro taxi desocupado
cuando el bebé que no se duerme pida como sabe una
teta que lo salve y por lo pronto las ratas duerman
hoy empachadas de victoria Ocampo o tal vez
hoy en el taxi viaje un señor ministro que busca donde
comprar a buen precio ratas que le coman las orejas
que le coman los gritos del bebé que pide teta como sabe
hoy y no pedirá pan porque desde ya no le dan y mejor
que no le den mejor dejar que pida hueso y que
la madrugada le corte el pescuezo que la madrugada
de hoy supure engendros de rata y taxi vacío de bebé que llora
y un señor ministro y al revés y al revés
que la madrugada sea un espasmo largo de alucinaciones
mientras me pongo los auriculares a ver si me concentro un poco
(poema 2)
simplemente
pareciera que alguien puso este recuerdo al sol
como a las cosas
como la ropa tendida en los patios
como libros de saldo
vestigios lívidos y enteros de la esperanza ajena
y es que viene llegando el olvido
árido
amargo como todas las veces
y no importa
tanta niebla tanto frío
tanta vigilia de labios quietos
para qué hacer poesía ya de tanto eso
en momentos como este
no basta alimentarse de palabras recién cosidas
y cuentos azules que todavía lloran su rapto
del útero tibio e impostor de la memoria
no bastan los sueños
huracanes fugaces
en la saliva breve de la almohada
en momentos así ataca el decoro
el miedo a preguntar por el olor de los rincones
el pudor de llorar adónde fue a parar tanto pasado
en esos días de pocas flores de noticias lejanas
parece brillar tu voz a paso lento firme
por entre el pasto alto de todo aquello
cuando todos los paisajes se me consumen
por los bordes y hasta la página misma donde te escribo
llueve tu cara lavada de tiempos turbios
nueva cercana presente
(poema 3)
soporta el tiempo
como un castigo caldo suculento
de ilusiones programadas imágenes acrílicas
caer en definitiva
hasta ningún lado
saborea el olvido
como a una ramera solícita
grotesca de caricias
y pechos eternamente perecederos
de pubis cebado con estertores de vacío
en los que a pesar de todo
reincide con la mirada atardecida
reconoce la erosión del letargo en sus codos
vomita sombras con silueta de mujeres y poemas
y se sueña a sí mismo soñándose
en el sinsentido de la última luz
presiente
la posibilidad la necesidad
de pegar la vuelta
poner proa a puertos caprichosos
sin pactos sin axiomas desde cero
y ventilar intención de forjar
campanas de barro y de lacre
en el cepo resquebrajado de las horas
imagina
que es lo mismo que decir sufr
él demiurgo de la nada
Damián C. López
Nació en Rosario en 1983. Reside en San Juan desde 2003, donde estudia Letras, trabaja como músico y tergiversa con empeño su autobiografía.
Los trabajos publicados pertenecen a La otra cara de la almohada (inédito).
martes, 15 de mayo de 2012
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