José Alberto Chirino
San
Juan - Argentina
UN CASO MÁS…
Dejé el auto en la banquina, quería orinar.
Me dirigí a un edificio derruído, casi sin techo, sólo quedaban restos
de caña y barro. Habían algunas latas ondeadas, habitaciones sucias y un baño
conectado a un pozo ciego, suite habitacional de cucarachas; arañas; moscas;
moscardones; vinchucas. Las plantas se habían tomado el trabajo de abrir surcos
para crecer, yuyos que por la humedad, obstruían la visión de lo que sucedía al
ras del suelo.
Al rato percibo la silueta joven de una persona, en un rincón, en posición
fetal, recostada contra una pared de adobes resecos y agujereados, por el paso
del tiempo y las lluvias. Los espirales de humo, exhalados por la boca de esa
persona, subían grosera e intermi-tentes hacia un cielo oscuro. Me acerco con cuidado, para preguntar: -
necesitás algo?
La vi, lo que pudo haber sido una
belleza pincelada por Miguel Ángel en su lienzo, era sólo una resaca de pelos
rubios ensortijados y sumamente grasientos. Alta, de largas piernas, su
excesiva delgadez denotaba aún, una belleza voluptuosa en el pasado.
Me miró con ojos entornados, sin sorpresa, sin curiosidad, sin vida. Con un
gesto indiferente quiso hacerme participar de ese pequeño cilindro de papel
enrollando muerte, tenía un olor nauseabundo, parecido al del caucho quemado.
No pude precisar su composición, pero no era un porro común.
Me impactaron la cantidad de llagas alrededor de su boca y su cuello, sus
senos medio al aire, mostraban haber sido maltratada con mordiscos pellizcos y
quemaduras de cigarrillo. La pobre criatura, piltrafa viviente, de pronto me
sonrió y ofreció su cuerpo a cambio de un poco de dinero “lo que sea” me dijo,
le pregunté si necesitaba comprar comida, me respondió “yerba”. Era lo único
que pedía.
De pronto, un ruido entre el follaje delató la aproximación de una mujer
gorda, de baja estatura y negras trenzas, la acompañaban dos jóvenes de entre
15 y 19 años, supongo que eran sus hijos. Me parecieron bolivianos.
Sorpresivamente, Mara, la chica, se incorporó de repente y empezó a
vociferar “Mamá cha … mamá cha !!! dame de tu yerba, dámela ya!!! Uno de los jóvenes, el mayor, aprovechó la
incorporación de Mara y se le fue con la explícita intención de abusarla, sin
importarle los que allí estábamos. Me
impuse con firmeza para evitar ese descontrol repentino y nos trenzamos cuerpo
a cuerpo. Pero debido a que el joven estaba muy “fumado”, su debilidad física
lo obligó a destrabarse y huyó junto a los demás. Me armé de coraje y los
perseguí para asustarlos. Así no volvían. Me acerqué a la niña, no tenía más de
17 o 18 años. Ella, llorando me insultaba, recriminándome no haberle permitido
proveerse de más “yerba”.
Mientras sollozaba, recorrí el predio circundante. Era un barrio pobre, con
casas viejas abandonadas y sucias, todo parecía que había existido un
conglomerado de habitantes, que por alguna causa desconocida, habían partido de
ese lugar. Tal vez contaminación, enfermedades. Vaya uno a saber. Me encontraba
a tan solo una cuadra de la ruta. Parecía otra dimensión, absolutamente
excluida de asistencia humanitaria. Todo me parecía muy raro. A la entrada del
villorio, había un arco de ladrillos enlucidos, como un portal, donde habían escrito “BIENVENIDOS AL…” no se
entendía qué porque, sobre lo escrito, figuraba con aerosol: PACO
NEGRO.
Intenté sacar a Mara de ese lugar y recibí arañazos, golpes, maldiciones y
escupitajos, con palabras casi ininteligibles repetía “mama chá vendrá … mamá
chá ya vendrá … yerba …yerba”.
Derrotado en mi intento fallido de ayudar, lloré. La niña pedía socorro a
gritos. Me fui, lloré de impotencia y también por mi falta de agallas, para
arremeter contra ese demonio asesino. Subí a mi automóvil. Decidí olvidarme de
lo ocurrido, por el espejo retrovisor vi a tres siluetas cruzar la ruta en
dirección al lugar de Mara, era una mujer gorda de baja estatura, acompañada de
dos jóvenes de entre 15 y 19 años. Mientras, en dirección contraria pasaba un
patrullero, haciendo ronda.-
José Alberto Chirino
(Argentina)
Nació en San Juan, Argentina; Docente; Músico;
escribe Cuento y Poesía.-
Creador de la Brigada Sol en la EIDFS de la Univ. Nac. De San Juan (Proyecto
ecologista: "los educados salen a educar") declarado de Interés
Municipal en la Municipalidad de la ciudad de San Juan.- Ha participado de
varios Encuentros de Música y Literatura.- Artesano en trabajos de metal y
madera.-
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