jueves, 30 de junio de 2011
Enriqueta Noemí BorrelloSan Martín. Pcia de Bs. As. Argentina.
LA MAÑANA DESPUÉS
Apenas abro los ojos. Los ojos abro apenas. Un rayo de sol curioso espía por la ventana, Entonces veo. Veo el ropero abierto y varias perchas solitarias, inútiles.
Unas lágrimas apresuradas se descuelgan y bajan por mis mejillas. La cómoda exhibe dos cajones abiertos, vacíos. En un rincón, la banqueta es un testigo mudo de mi desconsuelo. Giro la cabeza, recorriendo el techo y las paredes. Busco algo, quizás una explicación. Desde los huecos, cual bocas desdentadas, la biblioteca grita la ausencia de muchos libros. Sobre la mesa de luz, el cenicero desborda de cigarrillos a medio fumar. La lengua se incomoda con la saliva acre de mi boca.
Tendida sobre la cama me abrazo a la almohada y huelo el rastro repetido de su ausencia. Estreno la congoja como si nunca me hubiese abandonado.
Con el alma hecha andrajos me incorporo. Para disimular tarareo un tango bajito mientras, con un lápiz labial, escribo en el espejo “Aquí no ha pasado nada”.
EL RAMO DE CLAVELES
Compré unos claveles y me encaminé hacia casa. Luego de unos minutos sentí una presencia a mi lado. El bullicio no me permitía oír lo que canturreaba. Giré mi cabeza pero no vi nada.
Bocinazos, frenadas, voces de vendedores, ronquidos de motos, motores acelerados daban más vértigo al movimiento de la avenida. De pronto se produjo un gran silencio. Sólo oía mis pasos y otros, muy quedos, junto a mí. Presté atención y escuché el ritmo del caminar quebrado por un golpeteo. Entonces se hizo visible. Levantó el bastón y pegó un brinco. Me asusté, cerré los ojos y vi un puñado de locas estrellas. Cuando los abrí estaba sentado en la luna creciente, me señalaba y reía, agitando en su mano las flores que yo llevaba.
DESPUÉS DE LA LLUVIA
Dejó de llover. Miro fijamente y allí veo el mar en toda su inmensidad. Dilatado misterio y magia perpetua. Mi vista se amplía y se regala con el azul profundo y mutante. El chasquido de unas olas y el destello de la espuma me cautivan. Otras, lamen el casco de un buque que navega majestuoso e imponente. Las aves marinas vuelan alborozadas, persiguen la estela.
Me gustaría embarcarme para una larga travesía. Pondría proa hacia puertos de alegría donde anclar mis esperanzas. Permanezco inmóvil. Contemplo e imagino en perpleja inconciencia. De pronto mi visión se adelgaza y se corta. Dejo de ver el mar.
Se cayó la gota de agua que pendía del helecho.
ARTESANÍA MAYOR
En el principio de los tiempos el Gran Artesano se encerró y trabajó, dicen, durante seis días y sin ayuda. Cuando expuso su obra no había nadie para apreciarla. Supo que era inútil. Entonces perdió la calma y con una explosión la desintegró en innumerables trocitos. Algunos se pusieron a girar y todavía permanecen en el espacio infinito. Otros se dispersaron.
Ya apaciguado eligió a uno, hay quienes afirman que a varios, y lo llenó de especies fugaces que se reproducen, de cosas que permanecen monótonamente quietas y de enormes masas líquidas.
Desde aquel día todo funciona con mecanismos perfectos. Cuentan que el Gran Artesano espera un premio a su talento. No hay quien se atreva a ser jurado.
LUCES
La ciudad está de fiesta. Luces, luces, luces. Blancas, amarillentas, de neón. Intermitentes o continuas. Carteles luminosos que estallan en cientos de arco iris. Rojas, amarillas, verdes en los semáforos.
Luces, luces, luces. Atrapadas entre las ramas de los árboles. Pequeñas, espían desde las ventanas. Viajeras, en los vehículos, diseñan líneas paralelas, curvas, elipses, coordenadas, puntos. Geometría lumínica de la urbe.
De pronto, la oscuridad, las tinieblas. He cerrado los ojos. ¿Me he muerto? No, simplemente me he dormido.
Enriqueta Noemí Borrello
Nació en San Martín, provincia de Buenos Aires y, desde hace 14 años, reside en Mar del Plata. Docente. Profesora de Lengua y Literatura italiana. Escribe cuentos dedicándose especialmente a la microficción. Frecuenta Talleres Literarios y coordina los encuentros de Escritura Creativa “Autopistas de la palabra”.
Ha recibido tres primeros premios: Ediciones Clatvesa (Bs. As.), A.L.A.M. (Asociación de Letras y Artes Marplatense) y del Centro Cultural Cristina de Fercey, y varias menciones en certámenes locales y nacionales. Sus cuentos figuran en once antologías.
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